Los negros,
pardos, morochos, “gronchos”, negroides –
“la negrada”: “los peronchos” - son objeto rechazado,
objeto repudiado de las clases altas y medias blancas por el color de su piel,
por ser lo que desde la piel marca a quien la porta, a unos y a otros: una
diferencia a “ojos vista”, pero en ese rechazo se articulan una
serie de mociones que se expresan y que recorren una amplia gama (de colores),
que va desde la envidia a la discriminación racial llamada comúnmente racismo y
que se verifica desde la primigenia conquista de América: El exterminio que acarreó la conquista significó un
genocidio de entre 70 a
90 millones de habitantes según diferentes autores, desde Darcy Ribeiro
(“Las Américas y la civilización”) a Eduardo Galeano (“Las
venas abiertas de América Latina”) llegando a Tzvetan Todorov
(“La conquista de América: el problema del otro”).