(En esta oportunidad escribiré haciendo referencia
dónde se estudiaba, quiénes eran algunos de los docentes, así como
cuál era la modalidad de estudio de acuerdo a las normas vigentes en
esa época.)
Poniendo algunos ladrillos
El
edificio central de la Facultad era el ubicado en la calle Viamonte
430, unido y formando parte del correspondiente al rectorado de la
Universidad de Bs.As. Al mismo se podía acceder por una escalera en
balaustrada que existía en un amplio hall interior, conservando su
entrada independiente como es en la actualidad (la foto del edificio
se puede observar en el número pasado de Psyche-navegante y en el
archivo anterior)
La casa de estudios contaba en planta baja con el aula
magna donde se dictaban las clases "magistrales" o teóricas
de las cátedras más numerosas, así como con un amplia aula que
estaba separada por un corredor que llevaba a la biblioteca y al
sótano donde estaban otras tres aulas, y bordeando un sótano-patio
el local del CEFYL(1).
A su vez la facultad contaba con un sinnúmero de
lugares donde estaban asentados los institutos, los departamentos y
también aulas: el instituto de investigaciones históricas y de
historia argentina "Emilio Ravignani" en el edificio de la
esquina de Viamonte y Reconquista (donde aún continúa). El de
literatura argentina y latinoamericana en la calle Reconquista al 600
(donde aún está y desde donde su directora, Ana María Barrenechea,
denunció hace unos años el estado de deterioro en que se encontraba
la construcción y el riesgo que corrían las obras allí
depositadas). El edificio del museo de Antropología en la calle
Moreno (donde también continúa), La escuela primaria de la calle
Reconquista al 500 a donde se concurría a tomar y dictar clases en
horario vespertino, el Instituto Libre de Estudios Superiores de la
calle Libertad, también con horarios vespertinos y nocturnos y el
colegio nacional de Buenos Aires.
Esta proliferación edilicia se debió al crecimiento
demográfico dado por la creación de nuevas carreras a partir de
1957 (especialmente Psicología y Sociología, aunque no debemos
olvidar a Ciencias de la Educación y Antropología) y será a partir
del año 1959 que se agregarán los dos primeros pisos de Florida
656. Este último espacio fue cedido a la Universidad por el gobierno
de la llamada Revolución Libertadora después que ésta disolvió el
IAPI (Instituto Argentino para la Promoción del Intercambio),
institución que había sido creada por el gobierno peronista.
Como podrá deducirse de lo anterior esta multiplicidad
de ámbitos donde se dictaban clases originaba una gran e inusitada
circulación de alumnos y ayudantes-docentes por las calles que
rodeaban el edificio central y los bares que los circundaban, y daban
origen a encuentros, "escapadas" en los momentos libres a
los boliches (2), cafés y confiterías a los que he hecho mención
en el aguafuerte anterior. Pero será el bar "Coto" el que
irá desplazando en la preferencia a todos los demás, por la
proximidad con el edificio de Florida lugar donde se concentraban
tanto los departamentos, los institutos y las aulas de las carreras
más numerosas y más de "moda" como eran las de sociología
y psicología.
La superpoblación y la falta de un espacio físico que
contuviera a las distintas carreras y a los que estudiábamos en
ellas no fue algo que desmoralizara sino que, por el contrario,
acicateaba nuestra curiosidad y nuestro deseo de participar.
A
esta forma anárquica de estudio y funcionamiento se sumaron dos
curiosidades formales con vigenncia desde el año 1956 hasta 1959 y
es la siguiente: cualquier estudiante que ingresara a la facultad
gozaba de la posibilidad de inscribirse en la materia que se dictara
en la facultad si así lo deseaba aunque ésta no estuviera
contemplada en el plan de estudios de su carrera. Esa materia luego
no era reconocida como válida para obtener el título pero daba la
posibilidad de que algún estudiante cursara una materia cualquiera
si así lo deseaba (es decir que cualquier estudiante por simple
curiosidad podía cursar la materia que se le ocurriera ). La segunda
cuestión tenía que ver con que no regía el sistema de
correlatividades o sea que cualquiera podía por caso siendo de
psicología y si su espíritu aventurero se lo pedía, anotarse en
griego V sin haber cursado nunca ninguna materia de griego ni de
lenguas clásicas que era la carrera adonde correspondían estas
materias, sólo porque a lo mejor alguien le había hablado bien del
profesor Schlesinger...o porque a esa cursada concurría alguna
persona que le interesara...
Continuando
con los ladrillos(3)
A
esta forma de funcionar anárquica y displicente, se sumaba la
calidad de los docentes que formaban parte del plantel de las
distintas carreras que se cursaban: así podemos recordar al ya
nombrado Schlesinger, a Jorge Luis Borges en Literatura Inglesa, a
Jorge Romero Brest, José Luis Romero, Tulio Halperín Donghi, Gino
Germani, Jorge Graciarena, Eugenio Pucciarelli, Telma Reca, Ana María
Barrenechea, Arminda Aberastury, Conrado Eggers Lang, José Bleger,
Juan Mantovani, Nuria Cortada de Kohan, Norberto Rodríguez
Bustamante, Jaime Bernstein, María Luisa Siquier de Ocampo, Antonio
Caparrós, José Itzigshon, León Perez, Amalia Radaelli, Mario
Bunge, Gregorio Klimovsky, Augusto Raúl Cortazar, Gilda Fuks de
Romero Brest, Nicolás Tavella y podríamos seguir escribiendo
nombres de docentes que se sumarían en el recuerdo y que concuerdan
con la renovación docente de corte liberal que impuso el "proceso
de modernización" de la sociedad argentina como consecuencia
del golpe militar que derroca al gobierno de Perón.
Será en esta "melange sin fin"(4) de
gorilismo de izquierda y de progresismo que lentamente se irá
despojando de sus ropajes antiperonistas, donde encontraremos a los
que nos nucleábamos alrededor de los docentes que compartían las
mesas de los bares y en donde la formación era compartida y
continuada desde el aula al café. Ese era un lugar de encuentro, de
reflexión y de confrontación de ideas donde lo que convocaba no era
otra cosa que el interés, el deseo de hablar, de conocer, de
"pensar" la realidad tal como era vivida y compartida día
a día.
Pisando asfalto, construyendo castillos sin ladrillos
“íbamos
de pura recalada” (5)
Deseos que se ponían en "práctica concreta"
en nuestras caminatas nocturnas rumbo a algún lugar donde comer y
seguir seduciéndonos con lo que decíamos en el lirismo de la vida.
Es así como aparece en el recuerdo un pequeño y derruído lugar que
era poco más grande que un garaje, estaba en la cortada de Tras
sargentos, entre San Martín y Reconquista, vecino a donde
actualmente se encuentra "Bar o Bar", y que se llamaba "El
farolito", cubiertas sus paredes de pinturas de famosos y de no
tanto al igual que de inscripciones, graffitis y poesías, y donde su
dueño y único mozo era "Don" Guillermo y en donde
encontrábamos casi única e invariablemente dos tipos de comidas:
carne al horno y guiso de "lenteca" que Guillermo
pronunciaba con su acento de itálico meridional. Con la mudanza de
la facultad, en el año 65 a la calle Independencia, "El
farolito" entró en decadencia (si ésta fuera aún posible), su
propietario lo cerró y se fue a compartir un restaurant en la
Avenida Corrientes entre Florida y San Martín; éste es el último
registro que recuerdo de Don Guillermo, quien si no teníamos para
pagarle la comida nos fiaba hasta que tuviéramos el dinero. Casi
unido al farolito estaba "Chez Tatav", lugar de tragos y
música francesa que animaba con su acordeón un inmigrante de este
origen, cuyo nombre no recuerdo, y su mujer. Éste también sufrió
los rigores del tiempo y se sometió a los traslados que le impuso su
dueño hasta un local en la calle Rodríguez Peña, entre Viamonte y
Tucumán, donde recaló por varios años, hasta que se lo tragó la
oscuridad...
Estos
lugares de citas, de las furtivas, de las legales o de las ilegales,
también podían realizarse en otras paradas según sea la hora o los
motivos, dado que si eran por motivos políticos para conversar con
compañeros de otras facultades un lugar podía ser el bar "Los
estudiantes", en la Avenida Córdoba, en la vereda de enfrente a
donde tiempo después se inauguraría el actual hospital de Clínicas,
pero si la cita era de amor el encuentro podía realizarse en "Vivex"
en Diagonal Norte, casi al lado donde tiempo después se inauguraría
la galería que tendría en su subsuelo al cine "Arte" y en
planta baja la librería "Las palabras". Este bar,
cervecería escandinava, era atendido por un mozo muy alto que para
pasar de un espacio a otro del local tenía que encorvarse para no
golpear su cabeza. Por este lado de los avances de nuestros ímpetus
juveniles ya nos acercábamos, pasando por la Lavalle de los cines
colmados a toda hora a los bares de la "calle" Corrientes.
Cerca de los restos de la "Helvética", restos que nos
recordaba la furia del Gral. Cuaranta y sus tanques que lo destruyó
junto al cine "Roxi" en Corrientes y San Martin, año 1955,
persiguiendo a Queraltó, Guillermo Patricio Kelly y sus "huestes"
de la Alianza Libertadora Nacionalista que fueron un foco de
resistencia de la derecha peronista, cerca de ahí estaba un bar
denominado "Kioto", de origen japonés como lo indica su
nombre, bar a donde concurrían parroquianos de esa nacionalidad y se
mezclaban con el común de las gentes y donde se practicaba el juego
del ajedrez, el bar "Suárez" de Corrientes y Maipú, al
igual que el homónimo de Lavalle y Esmeralda con sus exquisitos
sandwiches de pan francés. Volviendo hacia atrás la "Richmond"
de Florida, con sus mesas y sillones de lujo que aún conserva y la
"Richmond" de Maipú, en donde por el valor de un café se
podía escuchar, por las tardes, el jazz de Oscar Alemán o a la
orquesta de tangos de Horacio Salgán con las voces del "Paya"
Angel Díaz y el "Polaco" Goyeneche. Si nos hacíamos una
corrida hasta la esquina de Corrientes y Maipú nos encontrábamos
con el esplendor marmóreo de la confitería "Cabildo" por
cuyo palco desfilaban los más encumbrados artistas de todos los
géneros (del tango al flamenco). En Suipacha entre Corrientes y
Sarmiento estaba - está -, la confitería "Ideal", junto
al cine del mismo nombre, lugar exquisito y de citas. Cruzando la
avenida "Nueve de Julio" nos topábamos con el "Sorocabana"
y el "Colombiano", cafés donde por su distinta procedencia
se encontraban los más diferentes personajes de la farándula, del
tango, del mundo intelectual y del prosaico y del de "avería"
y siempre, acercando una silla, los que "aprendíamos" de
los que le suponíamos un "saber". Será en el
"Colombiano", del que se hizo habitué Raul Gozález Tuñón,
después que fueron "corridos" por el progreso de la
cortada de "Carabelas" y del "Puchero misterioso"(6),
el nombrado, Ulises Petit de Murat, el Malevo Muñoz, "Barquina"
(7), y muchos otros poetas y soñadores de aguas profundas, donde se
mezclarán doctores, escruchantes, intelectuales, vivillos,
vividores(8) y aprendices en el arte de sobrevivir como aquel
inolvidable "compañero" de los orígenes de la Juventud
Universitaria Peronista que desde su supuesta timidez mangueaba(9) un
cigarrillo diciendo: "podrías aportar con un cilíndrico
tabacal?"
Éstos son los lugares, estos son algunos de los
espacios de la ciudad por donde transitamos y por donde se lo
encontraba al "sordo" Masotta. Pero no son los únicos. A
los otros y a sus pobladores pletóricos de ideas y sueños nos
referiremos en las próximas aguafuertes.
- CEFYL: Centro de estudiantes de Filosofía y Letras: lugar mítico de la conformación intelectual y política de la argentina de los años '50, '60 y '70
- Boliche: en el argot porteño significa cafés de poca categoría
- Ladrillos: en el lenguaje coloquial porteño forma socarrona de nombrar a aquéllos que tienen pocas luces intelectuales. Aquí es usado con sentido equívoco
- "Melange sin fin": frase de un tango de Enrique Santos Discépolo donde hace mención en forma metafórica y usando el lenguaje lunfardo a la mezcla de ideas o personas
- Poesía de Raúl González Tuñon titulada "Los ladrones": "van de pura Recalada" quiere decir andar de paseo, sin rumbo fijo pero sabiendo a dónde llegar como punto final: Recalada hace mención al pontón Recalada que es el lugar en el estuario del Río de la Plata a donde los barcos son dejados por los prácticos que los condujeron por aguas peligrosas para que se internen en alta mar
- Cortada de Carabelas: calle de una sola cuadra entre Sarmiento y Juan Domingo Perón, a una cuadra de la Av. Nueve de Julio donde se encontraba un antiguo mercado municipal denominado Mercado del Plata. Actualmente se encuentra emplazado un edificio del gobierno de la ciudad de Bs.As. En esta cortada, famosa por sus bares, cafés y cantinas se reunían intelectuales, poetas y todo tipo de personajes de la noche porteña así como gentes de "mal vivir". "El puchero misterioso" era uno de los restaurantes de esa cortada
- Barquina: periodista de policiales del mítico diario "Crítica" que dirigía Natalio Botana y que tenía su oficina en el departamento central de policía por lo que se dice que pertenecía a esta fuerza
- Vivillos, vividores: que obtienen dinero para vivir de forma que roza con lo ilegal, por lo general usando palabras que seducen con promesas vanas a mujeres o con promesas de futuros negocios a personas conocidas
- Manguear: pedir favores u objetos sin posibilidad de devolución o retribución
Abel Langer
4854-1180(P) /// 4963-2880©
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